jueves, 17 de diciembre de 2009

De las multiples caídas

En la colonia donde vivíamos antes, rondaba las calles cercanas un desnutrido, triste, solo y lastimado perrito. Un día Mabel con ayuda de sensibles y únicas personas que se dedican a recoger perros callejeros, desparasitarlos, curarlos, alimentarlos y darlos en adopción, intentaron hacer lo mismo con el perrito del barrio; la operación lamentablemente no se logró, ni en esa ocasión ni en los otros tres intentos. Nuestro amigo callejero prácticamente se las sabía todas, esquivó todas las trampas, despreció la comida, se escondió, corrió pensando que le querían hacer daño (cuantas veces le habrá pasado algo malo por dejarse llevar). aunque este no era el caso.

El ejemplo de este mejor amigo del hombre me hizo entrar un vacío mundo de preguntas y respuestas acerca de nuestra condición social y espiritual: Pareciera ser que a pesar de las multiples caídas no aprendemos a caminar, por lo visto las sicatríces aún siguen abiertas y nos hemos vueltos insensibles al dolor de las mismas. Cómo es posible que despues de décadas de guerra interna y de una jugoza bien comprada firma de la paz, no aprendamos a que por seguir ideologías erradas, políticos oportunistas que no ven más alla de sus narícez, oligarcas ladrones de tierras, religiones inquisidoras, educación materialista, nos hemos vuelto menos conscientes y menos inteligentes que el perro de mi barrio. Ni siquiera el instinto nos quedó, barrieron con todo, saquearon la casa.

Por ahi oigo el grito de un tipo gritando revolución, luego del grito se sube a su camioneta del año y se va a su ¨depa¨ a ¨carretera¨, volteo la mirada y veo a los existencialistas (me incluyo) hablando del ¨I AM¨, del alineamiento y energia cósmica y todas esas cosas q nuestra gente tendría que darse un viaje de peyote para entender a la primera. Cómo hacer para que renazca el instinto, para que nos demos cuenta que en este juego de miedo, pobreza y violencia en el que nos hacen vivir nunca nos va a beneficiar. De qué forma podremos ser como perros callejeros, que ya no recibimos migajas envenenadas, que no comemos de su mano para recibir una patada.

Me alimenta el deseo de partir ver como incluso en las culturas de "amor y paz" reinan los egos y los intereses, ver como la supuesta ayuda para la mujer es simplemente una pantomima y un negocio, ver como aún dentro muy dentro de nosotros podría surgir el cambio. ¿Qué necesitamos?, ¿un Jesuscristo real que nos salve, un Che Guevara que no muera, un Bob Marley que siga cantando y traiga paz al tercer mundo?. Nada de eso puede pasar de nuevo, porque nadie entendió nada de lo que ellos tres dijeron, la gente le tiene miedo a su jesús, se ponen su playera del Ché, y fuman papos de Bob, pero las enseñanzas y propuestas de cambio e igualdad se quedarón ahi, inertes sin acción. El sistema parece haber ganado, pero aún por encima de todo siguen habiendo destellos de amor en una madre, en un hermano, en un niño. Pensaré que el dicho no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista, se haga realidad en mi país, aunque lo tenga que ver de lejos.